Si lo primero que te ha venido a la cabeza al leer el titular de este post ha sido una dulce, sabrosa e inocente galleta, DEBES seguir leyendo. La razón es tan sencilla como importante: tanto si tienes una web como si te dispones a empezar una, necesitas conocer –sí o sí– la ley de cookies. Y es que desde el 1 de abril de 2012, la Ley de Servicios de la Información – LSSI (que regula la publicidad digital y el comercio electrónico) incluye una normativa que obliga a los propietarios de ciertas web a informar a sus visitantes y obtener el consentimiento para usar cookies.
Esta medida, promovida desde Europa, tiene como único objeto proteger la privacidad del usuario informándole de su existencia y de la posibilidad de aceptarlas o no. Antes de aprobar la ley descrita en el párrafo anterior, la ley en España únicamente establecía la necesidad de que las webs informasen de su existencia y uso, y de que ofrecieran la posibilidad de no aceptarlas. Sin embargo, la nueva normativa obliga a los usuarios de ciertas webs a dar un consentimiento previo antes de navegar por ellas.
Para empezar, ¿qué es una “cookie”?
Pero vayamos por partes, porque una cookie (o galleta informática) es algo que está presente diariamente en nuestras vidas a poco que usemos Internet. Y aunque quizás te sorprenda, que se almacenan en nuestro ordenador cada vez que visitamos una web.
Las cookies no son otra cosa que archivos de información que envían las webs a través de un servidor, y que se almacenan en el navegador de los usuarios. La pregunta es obvia, entonces: ¿Por qué? Pues la respuesta, simple y llanamente, es para almacenar información sobre nosotros. O dicho de otro modo, las cookies guardan diversa información básica que realizamos al entrar en una web y, por tanto, al convertirnos en sus visitantes.
Las cookies se utilizan por lo general para personalizar la experiencia del usuario -recordando las configuraciones de su navegador- para por ejemplo, usar el mismo lenguaje en que el usuario navegó anteriormente por la web. Y también pueden ser utilizadas para fines de marketing: un claro y común ejemplo de ello es recordar por qué productos se interesó el usuario en visitas anteriores, de manera que se le puedan ofrecer otros productos relacionados que podrían ser de su interés. Probablemente el uso más común de marketing sea el de proporcionar estadísticas de navegación de los usuarios en Google Analytics.
Que no cunda el pánico, no nos están espiando
Ante todo, mucha calma. Esto no se trata en absoluto de una película de James Bond ni tiene relación con ninguna exaltada teoría de la conspiración. Ni nos están espiando, ni se están entrometiendo en nuestra privacidad. Simplemente las cookies almacenan información básica (repetimos: básica) de los usuarios y de sus preferencias y hábitos para intentar mejorar el marketing digital.
Clases de cookies
Todas las cookies no son iguales, por lo que ni todas las plataformas digitales utilizan las mismas ni –atención– todas se encuentran reguladas de la misma manera. A continuación puedes ver una recopilación de las cookies sujetas a la nueva normativa europea de regulación:
- Cookies Técnicas: aquellas que resultan de vital importancia para permitir al usuario la navegación a través de una web. Un buen ejemplo lo encontramos en aquellas que posibilitan guardar los datos de un pedido online.
- Cookies Analíticas: su uso se refiere meramente a objetivos estadísticos (¿quién no ha oído hablar del código de seguimiento de Google Analytics?).
- Cookies de personalización: gracias a ellas es posible personalizar las funciones o los contenidos de una web para adaptarla al visitante. Se refieren a los ejemplos descritos anteriormente acerca de los idiomas usados por los visitantes de una web o los productos en los que mostraron interés.
- Cookies publicitarias: su misión es únicamente mejorar la eficacia de los espacios publicitarios que alberguen las webs. La red publicitaria de Google, o los adservers, por poner dos casos comunes, las incluyen para dar un seguimiento del éxito que han obtenido las campañas publicitarias.
¿Quién debe, pues, cumplir con la ley de cookies?
La ley de cookies es obligatoria, tanto para empresas o profesionales, si se prestan servicios a través de Internet y se realizan por ellos transacciones económicas. O lo que es lo mismo, si tu plataforma se encuentra englobada dentro de alguno de los siguientes grupos:
- Información y publicidad online
- Comercio electrónico.
- Contratación online.
- Servicios varios de intermediación.
Y tan importante como lo anterior, cómo cumplir correctamente la normativa?
Para empezar, hay que ser consciente de que se requiere el consentimiento previo del usuario antes de instalar cookies en su navegador. Debes saber, antes que nada, que ir en contra de la ley puede acarrear sanciones que oscilan entre los 30.000€ y los 150.000€. Como puedes ver, no se trata precisamente de una minucia, ni de algo que se deba tomar a la ligera.
Existen diferentes maneras de informar apropiadamente a los visitantes de tu web: un pop-up, una landing page, un mensaje bien visible en la cabecera o en el footer de tu web… En todos los casos, sin embargo, deberás:
- Explicar qué es una cookie, que clase de cookies está utilizando en tu web y para qué las estás utilizando.
- Informar de una manera clara y visible acerca de tu uso y política de cookies. Esto incluye, por supuesto, que los visitantes no necesiten hacer scroll para visualizar correctamente este mensaje.
- Pedir de manera inequívoca la aceptación de las cookies que utiliza tu web.
- Ofrecer las instrucciones necesarias y lo suficientemente entendibles para que, llegado el caso si lo desea, el usuario pueda deshabilitar las cookies desde el navegador que utilice
Más vale prevenir que curar
Tal y como has podido comprobar, la nueva normativa de cookies es algo muy serio. Si tienes cualquier duda o pregunta antes de proceder con ella en tu web, debes ponerte en manos expertas. Lo contrario es exponerte a serios daños en la reputación de la imagen de tu empresa o a graves sanciones económicas. La prevención es, por lo general, una de las mejores estrategias para afrontar con éxito el desarrollo de tu proyecto online y cumplir con tus objetivos.